Cosmogonía Pelasga: La Creación del Universo

Cosmología Pelásgica: De La Caótica Primigenia Al Orden Cósmico Armónico
La Creación Pelásgica Como Reflexión Filosófica Sobre El Origen Y La Estructura Del Mundo Y De La Humanidad.

 

En las brumosas y míticas mañanas del antiguo espíritu griego, donde el pensamiento mitológico se encuentra con la búsqueda filosófica primitiva, surge la creación pelásgica como uno de los relatos cosmogónicos más fascinantes de la tradición humana. Esta tradición cosmogónica, atribuida a los pelásgicos – los habitantes primitivos de la región griega – constituye un mito multifacético que incorpora profundos simbolismos sobre el origen del universo y la existencia humana.

Este mito narra la creación cósmica a través de la acción de la diosa Eurínome y del misterioso Ofión, ofreciendo una perspectiva única para comprender las concepciones cosmológicas de la antigua Grecia. Su importancia radica no solo en su rica dimensión simbólica, sino también en la manera en que refleja las más profundas búsquedas filosóficas y culturales de una época en la que el misterio de la existencia buscaba su expresión interpretativa a través de la narrativa poética y mitológica. Esta tradición mitológica representa una ventana invaluable para entender la psique de la antigua Grecia y sus búsquedas cosmológicas.

 

El Principio Teocósmico: Eurínome y la Creación Primitiva

En el núcleo de la cosmogonía pelásgica se erige la majestuosa figura de Eurínome, la diosa de todo, quien emerge del caos primordial como la encarnación de la fuerza creativa. La descripción icónica de esta deidad, mientras danza sola sobre las olas del vasto océano, separando el mar del cielo, constituye uno de los versos más vitales y poéticos del pensamiento mitológico griego antiguo.

El baile de Eurínome no es simplemente una expresión artística, sino que incorpora la concepción metafísica de la armonía cósmica y la energía creativa que permea el universo. A través de su movimiento, esta deidad hace visible la fuerza invisible que mueve todo, al mismo tiempo que expresa la necesidad primitiva del ser humano de comprender el orden cósmico a través de representaciones antropomórficas de la divinidad. La investigación de Robert Graves destaca la posición especial que ocupa esta diosa-creadora en el panteón de la mitología griega antigua (Graves).

La unión de Eurínome con Ofión, la serpiente primigenia, inaugura el proceso de creación cósmica y expresa la complementariedad de las fuerzas opuestas. Esta unión simbólica refleja la antigua concepción griega sobre la necesidad de la coexistencia armónica de principios antagónicos para lograr el equilibrio cósmico.

El Huevo Universal y la Misteriosa Génesis del Mundo

El momento culminante de la cosmogonía pelásgica se encuentra en el nacimiento del Huevo Universal, un símbolo que concentra la totalidad de la fuerza creativa en una forma única y concisa. Eurínome, transformándose en paloma – símbolo de paz y pureza – genera el Huevo que contiene en potencia todo lo que existe en el mundo. Esta transformación no es una elección aleatoria, sino que expresa la profunda conexión entre la creatividad divina y la regeneración natural.

Ofión, la serpiente arcaica, se enrolla siete veces alrededor del Huevo Universal, ofreciendo protección y cuidado hasta el momento de la incubación. La repetición de siete veces no es casual, sino que refleja la antigua creencia en la sacralidad del número siete, que se asocia con el orden cósmico y la culminación de ciclos. Este proceso es indicativo de la relación dinámica entre la feminidad divina y la fuerza masculina protectora.

A través de la incubación del Huevo Universal comienza la historia del mundo, con la aparición del sol, la luna, los planetas y las constelaciones, así como de la tierra con sus montañas, ríos, árboles y criaturas vivas. Esta descripción refleja una concepción holística del mundo, donde todos los elementos de la naturaleza son partes de una creación única y armónica que se conecta con las más profundas concepciones cosmológicas de los antiguos griegos.

El Conflicto Divino y el Establecimiento del Orden Cósmico

Tras la culminación de la creación cósmica, la narrativa toma un giro dramático que revela las tendencias más profundas hacia la dominación y el equilibrio dentro del ámbito divino. Eurínome y Ofión ascienden al Olimpo, la morada sagrada de los dioses, donde se manifiesta un conflicto fundamental por el reconocimiento de la autoridad creativa.

Ofión, embriagado por la arrogancia y la vanidad, reclama ser el verdadero creador del universo. Este intento de apropiarse del poder creativo no se limita a una simple disputa de poder, sino que refleja una lucha más profunda entre las fuerzas arquetípicas que rigen la jerarquía cósmica. El estudio de la religión griega antigua revela la complejidad de estas relaciones divinas (Burkert).

Eurínome, indignada por esta ofensa a su autoridad divina, restablece el orden a través de un acto decisivo y simbólico: golpea a Ofión y lo exilia a las oscuras cavernas bajo la tierra. Este acto no es simplemente una acción punitiva, sino que sugiere el establecimiento de un orden cósmico donde la verdadera fuerza creativa es reconocida y protegida de distorsiones y ilusiones.

El exilio de Ofión en las profundidades de la tierra representa un rico simbolismo que refleja la antigua concepción griega sobre la dualidad de las fuerzas cósmicas. El espacio subterráneo no es solo un lugar de castigo, sino también un ámbito donde las fuerzas oscuras e inconscientes del mundo continúan ejerciendo su influencia, aunque bajo control y limitación.

La Creación de las Fuerzas Planetarias y la Armonía Cósmica

La continuación de la narrativa cosmogónica revela la sabia organización del universo a través de la creación de las siete fuerzas planetarias, un proceso que refleja el antiguo esfuerzo griego por comprender los fenómenos astronómicos a través de categorías mitológicas. Eurínome, continuando su misión creativa tras el exilio de Ofión, busca establecer un orden cósmico armónico y equilibrado.

La asignación de un Titán y una Titánida a cada fuerza planetaria – Helios y Selene para el Sol, Febo y Atlas para la Luna, y así sucesivamente para Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno – sugiere la profunda creencia griega en la necesidad de equilibrio entre los principios masculinos y femeninos para mantener la armonía cósmica.

Esta complementariedad de géneros en el gobierno cósmico refleja una comprensión teórica avanzada de la interacción de fuerzas opuestas, que anticipa el posterior desarrollo filosófico de los principios de oposición y síntesis en el pensamiento griego. La elección de los nombres específicos no es casual, sino que refleja tradiciones y creencias preexistentes sobre las propiedades y características asociadas con cada cuerpo celeste. Esta tradición religiosa es una parte integral de la cosmovisión de la antigua Grecia.

Pelásgico y el Principio de la Civilización Humana

La aparición del Pelásgico como el primer hombre, surgiendo del fértil suelo de Arcadia, marca la transición de la fase cosmogónica a la antropogénica del mito e inaugura la historia de la humanidad en conexión directa con la tierra. Este origen terrenal no es solo una imagen poética, sino que expresa la profunda creencia de los antiguos griegos en la relación orgánica entre el ser humano y su entorno natural.

La ubicación del nacimiento humano en Arcadia no es casual, ya que esta región era considerada por los antiguos griegos como un lugar de belleza natural excepcional y primitiva inocencia. Esta elección refleja la percepción de que el primer hombre debe aparecer en un espacio que conserve la pureza y armonía primordiales de la creación divina.

El Pelásgico y sus sucesores representan la relación primitiva del ser humano con la naturaleza, aprendiendo a construir cabañas, alimentarse de bellotas y confeccionar túnicas de piel de cerdo. Esta descripción de las primeras actividades humanas revela una vida primitiva ideal, donde la comunidad humana se desarrolla en armonía con el entorno, sin la alienación y explotación que caracterizan épocas posteriores.

Esta historia describe el inicio de la civilización no como una conquista violenta de la naturaleza, sino como una adaptación gradual y armónica a los ritmos naturales, una filosofía que resuena en las búsquedas ecológicas contemporáneas. La herencia cultural de los Pelásgicos permanece viva en la conciencia de la antigua Grecia y continúa inspirando la reflexión sobre la relación entre el ser humano y la naturaleza.

La creación pelásgica, en su totalidad, constituye una profunda reflexión sobre las preguntas fundamentales de la existencia humana y el orden cósmico. A través de sus ricos simbolismos y su estructura narrativa multifacética, esta cosmogonía ofrece al lector contemporáneo una oportunidad única para comprender las concepciones antiguas griegas sobre la divinidad, la naturaleza y la humanidad, manteniendo al mismo tiempo su valor atemporal como fuente de reflexión filosófica y cultural.

 

Bibliografía

Burkert, Walter. Greek Religion. Internet Archive. Recuperado el 20 de septiembre de 2025.

Burkert, Walter. Greek Religion: Archaic and Classical. Traducido por John Raffan. Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1985.

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Graves, Robert. The Greek Myths. Londres: Penguin Classics, 2012.

The Greek Myths.” Wikipedia. Recuperado el 20 de septiembre de 2025.