
“Retrato de Mujer” (1865-66) de Giuseppe Abbati. Esta obra, que se exhibe en el Palazzo Pitti, es un ejemplo representativo del movimiento Macchiaioli.
Esta obra, creada por Giuseppe Abbati—pintura al óleo sobre tabla, según se dice—se conserva en Florencia, en el Palazzo Pitti. Se pintó, suponemos, entre los años mil ochocientos sesenta y cinco y mil ochocientos sesenta y seis. Una mujer está de pie, mirando hacia la izquierda. A menudo vemos obras como esta y pensamos que el artista busca simplemente la belleza. Sin embargo, me parece que esta pintura se centra, más allá de la belleza, en la… cómo decirlo… en la necesidad de la forma. Es un testimonio, como un antiguo manuscrito o un fragmento encontrado, un testimonio de las leyes que regían la vida de las mujeres en aquel entonces. El vestido negro. La postura. El silencio. Todo esto es historia, que trasciende los límites de la simple arte.
El Poder del Vestido Negro: ¿La Forma de la Virtud?
¿Acaso esta mujer está de luto? ¿O así debían vestirse todas las mujeres de clase media cada día? Su vestido ocupa casi la mitad de la pintura, y Abbati lo representa de manera pesada, casi sólida, como una escultura hecha de piedra negra, superando la sensación de un tejido ligero o delicado. La luz no lo atraviesa. Los hombres de esa época, los llamados Macchiaioli, buscaban la verdad del momento—la “mancha” (macchia) de luz y sombra. Sin embargo, aquí la mancha se convierte en prisión. La cabeza parece pequeña, mientras que el cuerpo se ve grande bajo las telas, como si estuviera oculto. Ese rojo que sostiene, un pequeño color, quizás un libro, quizás un tejido. No hay gran diferencia. El negro predomina.
El Asiento y los Utensilios
A un lado hay un asiento. Un asiento de madera, sencillo. La mujer está de pie junto a él. Este asiento, con su color pálido, contrasta con el gran negro de su vestido, y esta oposición… quizás indica la diferencia entre la forma pública y la vida privada. El asiento es un objeto doméstico, humilde, utilitario, mientras que la mujer, con su vestido, parece un monumento público, erguido dentro de la casa. Al fondo, hay algunos pequeños utensilios sobre una hoguera. Lo cotidiano. Pero la mujer no mira hacia ellos. Su mirada se dirige a otro lugar.


